COSTURAS INVISIBLES


Siempre he agarrado de la mano a las mujeres de mi vida. Cuando voy a caminar con mi abuela, le doy la mano. Cuando me siento en la butaca, al lado de mi bisabuela, le sujeto la mano. Cuando vemos la tele, cojo la mano de mi madre y le hago cosquillas. Cuando vienen mis sobrinas, les pido que me den la mano para cruzar, o para saltar, o para bailar. 

Un día, comiendo todas juntas, mi abuela me preguntó que por qué tenía esa obsesión por las manos. Me sentía algo avergonzada; era como si hubieran desvelado mi secreto. Y se lo conté.

Les dije, bisabuela, tú siempre nos cuentas que remendabas las redes de pesca cuando quedaban inservibles por la mordedura de algún pez. Abuela, a ti siempre te he visto haciendo ganchillo. Nos has hecho gorros, mantas, alfombras; incluso hiciste el vestido de mi comunión. Mamá, cuando yo era pequeña tú me hacías los vestidos más increíbles para mis muñecas; con telas sobrantes que encontrabas aquí y allá, creabas piezas únicas. Y yo, yo no sé coser, ni he conseguido aprender. 

Por eso, dije con timidez, decidí tejer siempre nuestras manos. Desde que la vista de la bisabuela comenzó a fallar, supe que la vida la contenía en las manos. Ellas eran las que cosían, sí, pero ellas también son las que me rozan, las que me palpan, las que me agarran. Comprendí que las manos son nuestro apoyo al caer, las primeras en unirse en el amor; son las primeras en defendernos de un insulto y son quienes señalan los caminos. Son ellas las que escriben, las que pasan las páginas, las que oran y las que confraternizan. Son relevantes en un abrazo, y también en un beso. No sabré coser con hilo y aguja, pero nos mantendré unidas, como si nosotras fuéramos las telas y nuestras manos el hilo que las une. Así, no importará que el tiempo pase, que el río se lleve los recuerdos, coseré y mi hija y mi nieta lo sabrán: que estamos unidas, que hay una costura invisible que nos hace red, que nos une, nos sujeta, nos apoya. Tejeré todas nuestras manos para que siempre estén, todas ellas, tendidas al caminar. 


Comentarios

  1. Este es sin duda uno de los mejores textos que he leído en años y, por si fuera poco, le brinda un buen tributo al pasado 8M. Mis más sinceras felicitaciones para La Correría 125.

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    1. ¡Hola! De verdad, muchísimas gracias, me ha hecho mucha ilusión leer tu comentario! Se agradece un montón

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